Me encapsulo en mi mundo e intento huir de mis problemas optando por el camino erróneo.
Me alejo de personas que me importan y quiero, mi desgano por el día a día se nota a la distancia.
Nunca he sido cariñosa, lo he intentado sí, pero en mi afán de prosperar en ese sentido retrocedo y vuelvo a lo mismo de años, solo ser yo y no demostrar cuanto me importan. A veces pienso que sería mejor no decir te quiero o mejor aún no sentirlo, pero la verdad es que, me siento bien, completa, llena, feliz cuando lo digo, cuando puedo decirlo.
Guardo en mi corazón cariño y rencor, sentimientos encontrados que no sé como exteriorizar, siento que hace días, semanas y hasta quizás meses no soy yo, que simplemente es una parte de mí la que anda por las calles intentando encontrar alguna salida a mis pensamientos y sentimientos.
Discuto o me resiento por cosas sin importancia. ¿Por qué hago eso? Ni yo misma lo sé, luego me doy cuenta que me he equivocado una vez más y regreso a intentar que sea como antes y últimamente nada es como antes, todo está peor.
Seré sincera, temo quedarme sola, temo querer a alguien y se vaya de mi lado por mis constantes errores, como me ha pasado. Sin embargo me ilusiono rápido y olvido lento. Reconozco soy torpe para decir algunas cosas, me cuesta mucho ser clara al momento de hablar, podría decir que me enredo con las palabras y termino dándole otro sentido a mi oración.
Suelo llorar por lo menos una vez al mes, me encierro en mi cuarto o subo al tercer piso de mi casa, busco la luna o alguna estrella y ahí puedo quedarme horas, derramando lágrimas sin que nadie me interrumpa, luego retorno a mi estado no habitual, sola.
Hoy, dos de mayo, tengo mucha tristeza en mi corazón, no sé si las lágrimas se lleguen a acabar en algún momento, pero si eso ocurre estoy segura que las mías no tardaran mucho en terminarse, mis ojos están demasiado hinchados de tanto llorar, ni las bolsitas de manzanilla filtrante creo que logren bajar esta hinchazón y como diría la letra de la canción que ahora escucho “en mis ojos no ha parado de llover”.
No sé cuanto más dure este período de tristeza y dejadez en mí, espero que se vaya pronto. A pesar de mis miedos, anhelo encontrar la magia que llevo dentro, intentar una y otra vez ser un poco más cariñosa e ilusionarme, como suelo hacerlo, al decir te quiero.

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