domingo, 23 de mayo de 2010

Recuerdos de un martes...

Aquellas dulces palabras que dejé de escuchar. Aquellos soñados momentos que me hacían sentir cosquillas en el estómago.

Aquellas mañanas en las cuales mi sueño no importaba y despertaba con una ilusión que jamás pensé sentirla. Aquel nerviosismo que sentía cada vez que te tenía cerca, que hasta podría decirte siento hasta el día de hoy.

De todos esos lindos, tiernos, ilusionados y novedosos momentos y sentimientos solo quedan los recuerdos.

Todo en esos días era distinto a lo que es hoy. La confusión y el miedo estaban atados a mí, pero ese miedo de esfumaba tan solo de ver esos ojos que deslumbraron los míos desde el primer momento que cruzaste delante de mío.

Como una niña atemorizada que enmudece de ver tanta gente desconocida a su alrededor, así era cuando sentía tu presencia, tu aroma. Mi andar de un lado a otro sin sentido dejaba al descubierto mi nerviosismo y creo que no quedaba duda alguna cuando empezaba a temblar y no de frío.

Las tardes ventosas y el gris del cielo no importaban, eso y todo lo demás pasaba a un lugar irrelevante cuando estabas ahí. Si bien es cierto, las personas y su qué dirán me importaba mucho, pero a la vez, solo me importaba lo que me dijeras tú.
Las canciones de moda que hablaban de la ilusión de un primer amor, el solo día que bastó para quererte y extrañarte y la falta de voluntad para frenar un sentimiento que iba creciendo aceleradamente, me hacían soñar despierta y hasta en cierta forma me hacía sentir completa, con vida.

No he vuelto a escuchar aquellas dulces palabras, sé que no las volveré a escuchar, por lo menos de ti no. Aún siento cosquillas y ese nerviosismo extraño cuando te veo. Todavía voy de un lado a otro y enmudezco estás cerca y el temblar de mi cuerpo hace su aparición, dejando al descubierto una vez más mi nerviosismo por ti. Ahora es una lucha constante el despertarme temprano, una lucha que pierdo a diario. Las letras de las canciones cambiaron, la ilusión del primer amor, el día que bastó para quererte y mi falta de voluntad quedó en segundo lugar, dieron un paso al costado.

Por estos días te recuerdo en mi pereza por el día que empieza, te recuerdo por lo que hoy ya no vale nada, te recuerdo en los detalles, recuerdo tus ojos y tu mirada, tu aroma y sonrisa, hay veces que te encuentro caminando en mis sueños, recuerdo el sentimiento del que ya no soy dueña, pero te recuerdo sin vergüenza, pues dejaste en mi corazón la marca de tu amor en solo un segundo.

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